Apagaré las luces para que el confesionario cante

sábado, 5 de diciembre de 2009
Apagaré las luces para que el confesionario cante

una dieta desbalanceada
en detrimento de la estabilidad corporal
aquella solvencia que acompañan los pasos
de alguien que va con los vientos actuales
no calmara la inquietud insomne
la cual contamina cada pensamiento sano

después de un día de risas
a-donde se va la felicidad
un rio de frustraciones se seca
y en las grietas surgen de semillas estériles
nuevos tallos, nuevas hojas,


los ojos se cierran y sobre mi cama
yacen treinta y un mil recuerdos


¿que es lo que me hace diferente para ser
parte de tus treinta mil novecientos noventa y nueve?


no lo pienso mucho, a estas alturas del partido
con surcos cicatrizados sobre mis muñecas
un niño puede ganarle al diablo
y dios puede perderse en un burdel
bebiendo vino con Sartre


un enigma que cuando rocé tus dedos
podamos abrir un portal espacio temporal
y estar de nuevo donde comenzamos
aunque ninguno -realmente- espere por nosotros

al final de los días, cada dia
cuando cerremos los ojos
comenzaran a proclamar ángeles heroinómanos
el nacimiento de nuevos sueños
construidos con la muerte de las quimeras
de los niños que dejaron para siempre de ser...

nuevos paraísos para ti, para mi,
donde todas nuestras historias
con cada una de esas personas
que alguna vez fueron y nunca volvieron a ser...


tendrán finales con atardecer caribeño
sintiendo que nuestro ultimo suspiro
será el mejor de todos
la mejor de todas y cada una de nuestras interminables muertes...

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