Cuento 1 (borrador)

domingo, 18 de septiembre de 2011
Fabian salio a comprar, no, no fue el pan. Como podria comenzar una novela asi,
pero que clase de mierda es esa de escribir asi. No, no era Fabian, era Mario
que no lograba atinar a una, un escritor fracasado, perdido en la casa abandonada
de un amigo, ni tan abandonada, se la habian confiado por un tiempo, mientras
su amigo emprendia un viaje, no de placer, pero si con bastante de dinero y algo de placer,
quizas si, habia que inventar algo para los amigos cuando se regrese a Lima,
que me tire unas gringas, que son unas tragonazas, pero que no pudieron
con su pata, pues huevones, que Tavo no es ningun cabro, no se corre,
cacha cuando el momento lo amerita, un soldado, no, eso era exagerar,
un tipo mantenido que luego tuvo que justificar sus mentiras y huir de algunas
deudas .

Mario pensaba alegremente en la casa "abandonada" como pronto a ser suya. Su amigo
le encargo la casa con el compromiso de "No vayas a quemar, vender o cagar la jato,
porque te voy cagar a golpes por la putamare, Mario, cuidala mejor que cuidarias
al culazo de Vanesa Tello, si lo tuvieras, porque nunca lo vas a tener pajero de
mierda"

Con tanto apoyo, el escritor se planteaba una gran tarea, que consideraba
sencilla. Me pongo a escribir un toque sobre este relato que es parte
de mi vida, sazonada con algunos sucesos interesantes y le doy corte de novela
inicial, el personaje que se encuentra en un aprendizaje que seduce
a tanto joven adicto a novelas cojudas, como la mierda esa de Crepusculo,
o los babosasos libros de autoayuda de Cuactemoc, Cohelo, Osho, Chopra
y cuando cojudo en bata haya publicado, ah sin contar a los psicologos,
esa sarta de farsantes embebidos en su propia mierda que publican
para horror de sus otros colegas, una serie de tratados
en formato de 100 hojas for dummies, soluciones
practicas para la vida moderna (post moderna?). Todo cae en saco roto
aqui los unicos que se curan, son los que tienen plata,
ni siquiera los que se psicoanalizan, esos terminan
peor.

Reflexionaba dando vueltas en la casa, a oscuras, se veian sombras
desde la calle, una inquieta, girando entre los ventanales, grandes,
sombrios, barranquinos hasta el vomito. Habia dividido el dinero
para comer franciscanamente
logrando programar una temporada para dedicarse exclusivamente
a la escritura.




Nunca supo, ni entendio muy bien, como la casa se lo trago a el,
o fue al reves, ya no lo recuerda, solo sabe que en algun
momento por mas que intentara no lograba salir de la casa,
no era que se pusiera kafkiano, ni como dicen en la calle
"emo-hasta-las-webas", no era, que pasaba entonces, pues que simple y llanamente
no encontraba la salida.

Cuando estaba cerca, se desvanecia,
vio a su amigo llegar y tambien irse, habia algo extraño en ellos
parecian ir a otras revoluciones,
como un viejo LP.

menos recuerda, el escritor cuando termino en un cuarto
blanco, no era el manicomio, ni el nogushi, o larco herrera,
era esa enorme nada luminosa que se iba
tragando todo lo que el era hasta dejarlo sin
lo mas intimo de su aliento
se iba extinguiendo como gas
disolviendo en el ambiente
como un pedo con silenciador

asi, en un momento ya no habia necesidad de recordar
estaba disuelt...

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